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¿Cómo de ser una farmacéutica, pasas a ser divulgadora científica? Cuéntanos como nace Boticaria García

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Durante los años 2012, 2013… me di cuenta de que el Dr. Google cada vez era más fuerte. La gente entraba en la farmacia habiendo ya consultado en Internet lo que quería preguntarme y salía de la farmacia con el móvil en la mano, contrastando la información que yo les había dado. Me di cuenta de que el farmacéutico tenía que estar en las redes y hacer la competencia la Dr. Google… y abrí un blog de divulgación. Después del blog llegó el primer libro, la radio, la tele… y la cosa se me fue un poco de las manos. Pero dar el giro profesional no fue una decisión que yo tomara de un día para otro. La realidad es que no es nada fácil que la divulgación sea sostenible como forma de vida. Durante unos tres o cuatro años compaginé la divulgación con mi trabajo en oficina de farmacia. Era boticaria de día y “boticaria bloguera” de noche. Dormía muy poco y me empezó a pasar factura. Con el tiempo me di cuenta de que no podía dar el 100 % en mis dos perfiles profesionales y aposté por la divulgación.

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¿Desde siempre has tenido claro que has querido ser farmacéutica o en algún momento te has replanteado alguna otra profesión?

Yo quería estudiar periodismo, pero mis padres eran farmacéuticos y de una manera u otra estudiar farmacia era lo “natural” en mi caso. Al final terminé aunando vocación con afición.

Dinos que es lo que más te gusta de tu trabajo y lo que cambiarias de él

Por un lado, la creatividad que lleva asociada. Este trabajo me permite explorar constantemente nuevas vías de comunicación, nuevos formatos… y esto me parece estimulante. Por otro, me engancha la posibilidad que me ofrece este trabajo de conocer a muchísimas personas interesantes y más aún de que muchas de ellas acaben siendo amigas y formando parte de mi vida. Es lo más enriquecedor y por eso suelo decir que en mi caso la parte personal y profesional acaban entrelazadas.

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¿Has tenido problemas para llegar a donde estás ahora por el hecho de ser mujer?

Afortunadamente no. Siempre he sentido el respeto de mis compañeros divulgadores. Quizá donde he sentido un sentimiento de “paternalismo” fue cuando trabajaba en la farmacia de cara al público. Aunque quizá en este caso se debiera, más a mi juventud que al hecho de ser mujer, ya que otros compañeros chicos jóvenes siguen sintiendo esta sensación.

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¿Qué consejo les darías a las mujeres que quieren estudiar y dedicarse a lo mismo que tú?

Que se formen de manera profesional en comunicación en primer lugar. Y si pueden formarse en algo de malabarismo… también les irá bien. En este ámbito hay que estar siempre con mil frentes abiertos, mucha capacidad de adaptación y también de flexibilidad.

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Sabemos que tienes varios libros ¿Cómo te surgió la idea de escribir un libro?

Una buena amiga que conocí a través de Twitter, Natalia de Santiago, me puso contra la espada y la pared en marzo del año 2014 ¡hace 7 años!  y me obligó a buscar una editorial. Le hice caso, todavía no sé muy bien por qué. Gracias a otra persona que yo conocía por redes sociales conseguí contactar con un agente editorial que, al echar un vistazo a mi blog, me propuso escribir un libro sobre anécdotas de farmacia ya que él había leído algunas que contaba en la web y en mis redes. El libro funcionó bien, dentro de mi pequeño tamaño, y esto me llevó a las radios, a las teles a hacer entrevistas… y fue el comienzo de todo. El libro fue el detonante…

Cuéntanos alguna anécdota que te haya pasado recientemente en el ámbito laboral

He estado en Pasapalabra y ha sido una de las experiencias más divertidas de todos los años que llevo en este “mundillo”. No puedo hacer spoiler, porque se emitirá 9, 10 y 11 de marzo. ¡Os invito a verlo!

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De ser farmacéutica a ser divulgadora en las redes sociales hay un gran paso, ¿Has notado cambios en tu vida? ¿Cuáles?

Suelo decir que en esencia hago básicamente lo mismo: dar el mismo consejo que doy en el mostrador, pero a una audiencia más grande. Lo que ocurre es que en la práctica la vida obviamente es muy diferente. Sin horarios fijos, sin trato cara a cara con pacientes… Y sin duda trabajo muchísimas más horas. Hay quien piensa que ser divulgador solo es subir una foto o un vídeo… pero hay mucho trabajo detrás de cada una de las piezas.

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Cuéntanos como es tu día a día, ya que haces muchas cosas, entre ellas, ir a Zapeando, ir a la Sexta Noche. ¿Como te organizas o no tienes ninguna rutina?

Hay 2-3 días en semana fijos que tengo que salir de casa para ir a los medios. Por ejemplo, todos los lunes voy a Zapeando y todos los martes voy a La 1 y a Radio Nacional y los sábados voy a La Sexta Noche o entro por Skype desde casa. Después suele haber algún otro día variable en el que tengo algún evento presencial como charlas, conferencias, grabaciones de vídeos… y el resto del tiempo trabajo desde casa. Ninguna semana es igual que otra. Y en época no pandémica suelo dormir fuera de casa un par de noches por viajes. Todo menos una rutina… Tengo que ser flexible y escribir guiones o estudiar en los huecos que me van quedando. Pero para mí en el fondo, esa es la rutina.

Al ser trabajo online, no tienes horarios ¿Te cuesta compaginar tu vida privada con tu trabajo?

Creo que trabajo muchas más horas de las que debería para poder alcanzar lo que la mayoría de las personas consideran “el equilibrio”. Sin embargo, como decía, en mi caso la línea de lo personal y lo profesional es difusa en algunos puntos y esto no me supone un problema. Me gustaría dormir más, eso sin duda.

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Has recibido algunos premios, ¿Qué tal ha ido este ascenso meteórico en el mundo del blog?

Hubo una época en la que perdía un premio tras otro… era la eterna finalista (unas 7-8 finales perdidas de manera consecutiva). Y aunque siempre me lo tomé con deportividad y decía aquello de que “lo importante es participar”, lo cierto es que algunos de estos premios realmente son relevantes porque pueden suponer un “trampolín” para un salto profesional. En mi caso, ganar el premio “20 blogs” en 2016 me llevó a colaborar en el periódico y a cambiar el mostrador de la botica por grabar vídeos en la redacción. Creo que a los premios hay que darles la justa relevancia porque siempre hay un “factor suerte” que interviene. Y por supuesto, el que gana no tiene por qué ser necesariamente el mejor… pero es cierto que pueden cambiar tu rumbo profesional. Este año siento he tenido el honor de ser distinguida por varios premios, a mi labor divulgativa en redes sociales, al proyecto solidario de las mascarillas y el más reciente, la distinción como mujer elegida para representar a Cuenca el próximo 8 marzo. Siento una profunda gratitud por todos ellos.

Sabemos que estas muy orgullosa de Belmonte, ¿cuéntanos por qué deberíamos visitar este pueblo?

Tiene un castillo maravilloso y muy bien restaurado, de los mejores de España, y entre otros atractivos, una colegiata que bien vale una visita. Es un sitio fantástico donde pasar un fin de semana y no lo digo yo… lo dicen todos a los que he engañado para ir. ¡Y son muchos!

¿Cómo te surgió la idea de las mascarillas? ¿En qué has invertido el dinero? 

Todos los años colaboraba con UNICEF (he viajado con ellos a Senegal, Níger y a los campos de refugiados en Siria) y con la junta local de la AECC de Belmonte, en Cuenca. Iban pasando los meses y veía que este año, cuando más falta hacía, no podía hacerlo porque estábamos encerrados en casa sin posibilidad de hacer “acciones de campo”. Quería hacer algo, pero no encontraba un proyecto coherente con mi actividad. Entonces apareció la normativa que regulaba las mascarillas higiénicas, de tela, se me encendió una bombilla y empecé a liar a gente (a mucha gente) para que trabajara conmigo de forma solidaria. El resultado es un proyecto que ha dado trabajo a 20 personas, 6 de ellas de una empresa de empleo especial, y que ha hecho donaciones por más de 150.000 €. No solo a UNICEF y AECC como estaba previsto, sino también a los bancos de alimentos, a Nuevo Futuro, a proyectos de investigación en la Universidad de Castilla-La Mancha y en el Hospital Puerta de Hierro… Quizá el proyecto que para mí ha sido más especial ha sido poner el granito de arena para impulsar un centro de atención psicooncológica en Belmonte, gracias a la AECC y a las mujeres increíbles de la junta local. Y, por supuesto, al Ayuntamiento.